La Mona, también conocida como Mona Bruja o Mico Brujo, es un personaje de una leyenda centroamericana de origen chorotega. Según esta leyenda, la monas eran brujas que, mediante oraciones indígenas ancestrales, se les desprendía la piel y les crecía el pelo, se les alargaban las manos y los pies, transformándose en un ser similar a un mono monstruoso de gran tamaño. Las monas podían desplazarse a gran velocidad a través de los árboles, generalmente para hacerle daño a sus enemigos en forma sorpresiva. Lo hacían en medio de carcajadas escalofriantes y alaridos espantosos que helaban la sangre de sus víctimas, dejándoles atontados o sin habla para el resto de la vida.
La única manera de librarse de estas entidades era cuando la víctima dominaba su miedo y decía oraciones cristianas de contra, clavaba una cruceta (un machete en forma de cruz) en el suelo, arrojaba un puño de maíz, de semillas de mostaza o de sal, y tiraba el sombrero boca arriba, de modo que hacía que la Mona amaneciese recogiendo los granos, sin soltarla hasta que se arrepintiera de sus sortilegios y jurara no volver a molestar a nadie en toda la comarca.
El mito de la bruja que se transforma en mona recibe otros nombres, siendo el más frecuente el de Mico Brujo, popular en Guatemala y El Salvador. En Nicaragua, son muy comunes las leyendas de brujas que se transforman en micos brujos (o monas brujas), ceguas y cerdos («chanchas»). En Costa Rica, el término de «Mona» a secas es más frecuente en la costa del Pacífico, en las provincias de Guanacaste y Puntarenas, ya que en algunas versiones más arraigadas al Valle Central se le llama «La Chancha» (se transforma en cerdo o danta), y además, existe la leyenda de otro espectro similar, el Micomalo, el cual, sin embargo, se supone que no es una bruja con forma de mona, sino el mismo Diablo en persona.
Información tomada de Wikipedia
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