Es una leyenda perteneciente al folclor costarricense, acerca del espectro nocturno de una carreta que aparece por las noches y recorre las calles de algún pueblo o ciudad, sin que se vean bueyes que la arrastren ni tampoco boyeros que la dirijan.
El fantasma se caracteriza porque a simple vista, se observaría que la carreta camina por sí misma, con la yunta alta y vacía, sin bueyes que la arrastren o boyero que la dirija; aunque el mito cuenta que realmente sería conducida por el fantasma de una bruja o incluso en ocasiones por el mismo Satanás en persona, generalmente de forma invisible o convertido en un buitre.
Otra de las características del mito, según las versiones de la leyenda, es la presencia dentro del cajón de la carreta, del cadáver o espectro del dueño de la misma o de otra persona castigada a deambular dentro del vehículo por la eternidad como castigo por su mala conducta y como ejemplo para el resto de las personas. En otras ocasiones, el alma de la persona que ha visto la carreta y muere, queda para siempre atrapada en el cajón de la misma.
Lo más frecuente es que las personas describan que han escuchado el traqueteo de la carreta sobre el pavimento, pues verla comúnmente implica que el personaje que la ha visto morirá en el transcurso de los siguientes ocho días, además de que muchas veces verla puede hacer pensar al oyente que el fantasma vino explícitamente a asustar al narrador de la historia, dado que el espectro es, básicamente, un espanto de castigo o advertencia. Es frecuente también que varias personas reporten haberla escuchado al mismo tiempo a una misma hora (es un espectro con el don de la ubicuidad), avanzando lentamente hasta la puerta misma de la casa, para luego inmediatamente oírla distante alejarse. En algunas versiones también, la aparición del espectro anuncia la pronta llegada de una desgracia que se avecina, por lo que también se le considera un entidad pronosticadora de malos augurios.
También hay versiones en donde no siempre la visión de la carreta implica la muerte. En algunas ocasiones, escuchar la carreta sin bueyes y salir a enfrentarla es visto como un símbolo de valentía. En general, como la carreta es un espectro cuyo propósito es disciplinar a los han elegido el mal camino, su visión por parte de las personas cuyos actos no son motivo de castigo no implica la muerte, aunque los que sobreviven suelen enfermar por un tiempo y quedan con alguna deficiencia para toda la vida, como padecer de estrabismo o tartamudez. Finalmente, también es frecuente que algunos que sobreviven la hayan visto por accidente, confundiendo el sonido de su andar nocturno con el de una simple carreta normal, pero llevándose la sorpresa de ver la aparición ambulante sin los bueyes esfumándose en el aire.
Información tomada de Wikipedia
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